El año 1813 el ayuntamiento de Felanitx eligió las Trinitarias para la formación y educación de las niñas del pueblo, servicio que se consideró de beneficencia pública.
A partir de aquí hacemos público nuestro compromiso de servicio a la sociedad y preferentemente en las clases más desfavorecidas y en la Iglesia, como escuela cristiana, arraigada a la cultura de nuestro tiempo e inserta en la realidad social de nuestro pueblo.
Cómo en los orígenes, las Trinitarias, seguimos creyendo que EDUCAR ES LIBERAR. Por eso, la Congregación de RRTT Trinitarias, en comunión con la Iglesia y con fidelidad a su carisma liberador, considera la tarea educativa como un medio privilegiado de liberación integral de la persona y realiza su misión haciéndose presente en el mundo de la cultura mediantet la creación de escuelas.
Nos alegra mucho poder dirigirnos a todos desde la escuela, un ejemplo de la presencia del carisma trinitario en Mallorca, que aconteció en realidad de la mano de la Congregación de Religiosas Terciarias Trinitarias, fundadas por el P. Miquel Ferrer y Bauçà. Una Tarea que, hoy, se integra dentro del proyecto de los centros educativos de la Fundación de Escuelas Trinitarias (FEST).
Una escuela que, ya desde sus inicios, quería ser un lugar de puente y encuentro en la hora de contribuir a que el alumno/a descubriera, dentro de un proceso que tiene en cuenta la edad y su grado de madurez, las herramientas que tenemos los seres humanos al alcance para afrontar los retos de la propia existencia.
Unos inicios, del Colegio Santísima Trinidad de Palma, que coincidieron con el traslado de las religiosas hacia el Casal de Can Alomar, conocido como Can Fortesa del Sitjar y que, una vez reformado oportunamente, usaron de escuela, pensionado y convento.
Así pues, el 14 de octubre del año 34 del siglo pasado, inauguraron el colegio, siendo bendecido por el obispo Miralles. Y ya, desde aquel momento, empezó una historia educativa que permanecerá hasta hoy.
Aun así, nuestra tarea fundamental fue y es la misma: un camino de acompañamiento en comunión con la Iglesia y en fidelidad a nuestro carisma liberador.
Nuestra escuela ha promovido, a lo largo de más de ochenta años, la formación integral de la persona, de acuerdo con una concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo. Como también, ha procurado, preparar a los alumnos a participar activamente en la transformación y mejora de la sociedad.
Después de reformas educativas, innovaciones metodológicas y la llegada del mundo digital a las aulas, continúa insertada en la realidad que nos rodea, sin perder su identidad cristiana y su vocación evangelizadora.
Por eso, la deriva de nuestros proyectos eductivos, durante más de ocho décadas, han tenido siempre especial cuidado de incluir una metodología abierta y flexible que sea capaz de integrar, en cada momento, los adelantos pedagógicos y tecnológicos con el fin de mantenernos en constante actualización.
Finalmente, nuestra tarea fundamental, desde buen comienzo, ha estado dentro del ámbito de ayudar a los alumnos, que han pasado por nuestras aulas, a descubrir y potenciar sus posibilidades intelectuales y afectivas, desarrollar las propias calidades y aceptar sus limitaciones. Sin olvidarse de propiciar el crecimiento de la dimensión social del alumno y potenciar el desarrollo de su dimensión ética y trascendente y presentar el mensaje de Jesús sobre el hombre, la vida y el mundo.
Estas tres dimensiones continúan siendo una unidad en la persona humana que crece y madura a través de la acción eductiva, y que, humildemente, han llevado a cabo religiosas y maestros laicos con toda la comunidad eductiva. Un trabajo alentador, que hoy continúa, en un mañana que todavía está para escribir... gracias a todos y todas...